Artículo de J.M.Sadurní
publicado en la web de Historia National Geographic el 22 de julio de 2025
emplazamiento del yacimiento romano
"En el yacimiento
romano de A Cibdá de Armea, cerca de Ourense (Galicia), un equipo español de
investigadores acaba de hacer un sorprendente descubrimiento: un fósil de
trilobite, una clase de artrópodo que se extinguió hace
unos 250 millones de años. Según los investigadores, este fósil fue
modificado y, probablemente, utilizado como amuleto o
joya entre los siglos I y III.
El trilobite encontrado en
A Cibdá de Armea es el primero de su especie hallado en un yacimiento
romano y el undécimo que se ha descubierto en yacimientos asociados a
otras culturas alrededor del mundo. El aspecto de este artrópodo es
similar al de un escarabajo acorazado, algo que lo hace fácilmente
reconocible a simple vista por paleontólogos y aficionados, aunque es muy poco
frecuente hallarlo en yacimientos
El estudio, publicado en
la revista Springer Nature, explica que este ejemplar
encontrado en Armea es un pequeño fragmento de unos cuatro centímetros
de largo que pertenece a una especie del género Colpocoryphe,
que vivió en el período Ordovícico, hace unos 450 millones de años.
Aunque lo que más ha
sorprendido a los investigadores son las marcas de manipulación que
presenta: hasta siete facetas de desgaste artificial en su parte
inferior, seguramente hechas para poder llevarlo como colgante o como
brazalete. De hecho, las marcas de abrasión indican que pudo estar
engastado en metal o cuero, dejando a la vista la superficie del fósil.
Otra hipótesis es
que el trilobite también pudo haber formado parte del larario (altar
doméstico) de una vivienda de alto estatus, tal vez como ofrenda. Curiosamente,
la pieza se localizó en un vertedero romano, junto a restos de cerámica, monedas y huesos de
animales, y cerca de una inscripción con el nombre MAXSIMVS.
Según los investigadores,
este ejemplar de trilobite no es originario de Galicia. Su conservación
fosilizado en óxido de hierro y su característico tono rojizo parece
indicar que procedería del centro-sur de la península ibérica, tal vez
de las cercanías de Toledo, Ciudad Real o Badajoz, es decir, a más de 430
kilómetros de distancia del lugar de su hallazgo.
Pero ¿cómo llegó este
trilobite fosilizado hasta el noroeste peninsular? Según el estudio, es
muy probable que fuese a través de las rutas comerciales romanas,
especialmente la Vía de la Plata que conectaba Mérida (Augusta Emerita) con
Astorga (Asturica Augusta).
"El trilobite pudo
viajar con metales y otros bienes como un objeto único y exclusivo, valorado
en la provincia romana de Gallaecia por sus propiedades protectoras y curativas.
Otra posibilidad es que lo llevara consigo alguien procedente del centro
de Lusitania, atraído por la riqueza minera de la zona", señalan los
autores del estudio.
En la Antigüedad no se
sabía qué eran los fósiles, aunque eran vistos como objetos mágicos por su
rareza y singularidad. De hecho, los romanos asociaban los huesos de
animales como los dinosaurios a restos de gigantes, y los
invertebrados fosilizados, como este trilobite, servían como amuletos
protectores contra los peligrosos poderes del más allá.
En la Antigüedad no se
sabía qué eran los fósiles, aunque eran vistos como objetos mágicos por su
rareza y singularidad. De hecho, los romanos asociaban los huesos de
animales como los dinosaurios a restos de gigantes, y los
invertebrados fosilizados, como este trilobite, servían como amuletos
protectores contra los peligrosos poderes del más allá."