Descubren un taller romano de reparación de carruajes y herraduras en una antigua estación de postas sobre la calzada Claudia-Augusta en el norte de Italia

 

Artículo publicado en “La brújula verde” por Guillermo Carvajal el 29/10/25. La información me la ha facilitado mi amigo Joaquín Salmerón, director del Museo Siyasa en Cieza (Muria).



“Bajo la dirección de la Oficina de Bienes Arqueológicos de la Superintendencia Provincial de Bienes Culturales, las operaciones de excavación preliminares a la construcción de una vivienda unifamiliar en la localidad de Egna (en la provincia autónoma de Bolzano, al noreste de Italia) han deparado un descubrimiento de considerable entidad científica: los vestigios de un edificio romano, estructuralmente sólido y funcionalmente definido, que viene a ampliar el conocimiento sobre el complejo entramado urbano y económico de la antigua Mansio Endidae, nacida como estación de postas romana sobre la calzada Claudia-Augusta.

La intervención, ejecutada materialmente por la firma especializada SRA, ha permitido exhumar los cimientos y parte de la estructura de una construcción que, tras un primer análisis estratigráfico y de los materiales asociados, se data en los primeros siglos de nuestra era, contemporánea por tanto a la citada estación de posta.



La edificación, cuyas dimensiones se establecen en once metros de largo por ocho de ancho, presenta una planta compartimentalizada en dos ambientes claramente diferenciados, construidos con mampostería unida con argamasa de cal, una técnica constructiva habitual y característica del periodo imperial romano. Es en la destinación de uno de estos espacios donde reside el principal interés del hallazgo, pues las evidencias materiales recuperadas in situ apuntan de manera inequívoca a su uso como taller de metalurgia, una officina fabril especializada.

La identificación se sustenta en la presencia de potentes estratos de terreno enriquecidos con carbón, una fosa de combustión que conservaba en su interior restos de carbón vegetal y escorias metalúrgicas, y, de manera especialmente significativa, una amplia y densa dispersión de pequeños objetos de hierro entre los que se contabilizan numerosos clavos de variada tipología, todos ellos pendientes de los necesarios procesos de restauración y consolidación para su posterior estudio pormenorizado.



La concentración de estos materiales, un contexto arqueológico sellado y bien preservado, no deja lugar a dudas sobre la actividad que aquí se desarrollaba: la forja de objetos metálicos. Este hallazgo aporta una dimensión económica e industrial tangible a la comprensión del asentamiento, que hasta ahora se conocía principalmente por su función de servicio en la red viaria.

La recuperación de varios tegulae —tejas planas romanas— que presentan el sello del fabricante AURESIS en su superficie, aporta una valiosa información sobre las cadenas de suministro y la procedencia de los materiales de construcción empleados en la zona, un dato epigráfico que contribuirá a trazar mapas comerciales más precisos de la región durante el periodo de dominación romana.

La cronología propuesta para la vida activa del edificio se refuerza con el conjunto de artefactos muebles recuperados durante la excavación. Este lote, que incluye un total de cinco monedas, varios fragmentos de recipientes cerámicos de uso común y de vidrio, así como trozos de ánforas —estas últimas testigos del transporte de mercancías a larga distancia—, ofrece un marco temporal coherente que sitúa la ocupación principal del sitio entre los siglos I y III d.C. La homogeneidad de los materiales y su correspondencia con los hallazgos previamente documentados en el área circundante permiten a los arqueólogos establecer una datación robusta y fiable.

La ubicación geoespacial del descubrimiento no es en absoluto casual y constituye, quizás, el elemento de interpretación histórica más relevante. El nuevo edificio productivo se localiza en la margen elevada de la calle Bolzano, justo en la posición opuesta a donde, en intervenciones arqueológicas desarrolladas con anterioridad, se había logrado identificar y excavar los restos de la Mansio Endidae.

Esta mansión, un establecimiento oficial destinado al descanso de los funcionarios y al cambio de caballos de la cursus publicus, se erigía como un hito fundamental en el trazado de la gran vía imperial Claudia Augusta, la columna vertebral que comunicaba el norte de la península itálica con el corazón de la provincia de Recia (Raetia), Augusta Vindelicum, la actual ciudad de Augsburgo en Alemania. Al norte de esta zona de servicios, las campañas de los últimos años habían ya revelado una necrópolis con sepulturas de incineración pertenecientes a la misma época romana.”

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