Artículo de
David Barreiro, publicada en el diario “El Español” el 4 de abril de 2025.
“Los
trabajos de renovación de unas instalaciones deportivas en un barrio de Viena
han reportado un
sensacional hallazgo arqueológico: una fosa común con al menos
129 cuerpos datados a finales del siglo I d.C. Se trata probablemente
de los restos de las víctimas de una batalla que enfrentó a los
legionarios del Imperio romano con los guerreros de las tribus
germánicas.
Al
principio, los investigadores pensaron que los cadáveres podían estar
relacionados con un asedio otomano a la ciudad en 1683. Sin embargo, durante
las excavaciones se han recuperado elementos distintivos de la maquinaria
bélica romana, como tachuelas de las sandalias de los
legionarios, las caligae, una pieza de metal característica de sus
cascos o un
tipo de puñal con incrustaciones de alambre de plata utilizado
específicamente entre finales del siglo I y principios del II.
El análisis
de algunos de los restos humanos en el laboratorio ha mostrado que todos eran
varones de entre 20 y 30 años y la mayoría superaba los 1,70 metros de altura.
Sus huesos, que estaban entremezclados y fueron arrojados a la zona de
enterramiento con premura y sin ningún orden, presentaban signos de
muertes violentas: heridas en las zonas de la cabeza, el torso o la pelvis
infligidas por armas contundentes y afiladas como
lanzas o espadas. Por lo tanto, los arqueólogos han descartado que se trate
de una ejecución colectiva o el resultado de una epidemia. En su lugar hablan
de "el final catastrófico de una acción militar".
A la espera
de los resultados de los estudios
genéticos y de isótopos, la principal hipótesis es que la fosa común
esté relacionada con las campañas del Danubio emprendidas por el
emperador Domiciano entre los años 81 y 96, la guerra dacia. "En
el contexto de los actos bélicos romanos, no existen hallazgos
comparables de soldados", ha destacado Michaela Binder, directora
de los trabajos arqueológicos.
Los
investigadores del Museo de Viena han subrayado que se trata de un
descubrimiento único en Europa central y de enorme importancia para
estudiar la presencia romana en esta zona del continente. "Llevo 25 años
investigando la Viena romana y pensaba que ya nada podía sorprenderme, hasta
que llegó este hallazgo", ha destacado Michaela Kronberger, jefa de las
colecciones del mencionado centro austriaco.
Hasta ahora
se habían descubierto evidencias materiales de otras grandes batallas de la
Antigua Roma en el limes del norte de Europa, como
la de Teutoburgo, en Alemania, en la que el emperador Augusto perdió tres
legiones. Pero nunca se había encontrado a los muertos. La práctica
funeraria habitual en el Ejército romano hasta el siglo III consistió en la
cremación. La información recogida en la fosa común de Viena, por lo tanto,
resulta una "absoluta excepción" que sugiere "una falta de
tiempo y de recursos después de un acontecimiento dramático", según
explican los investigadores del museo en un artículo.
El
arqueólogo Martin Mosser ha recordado que las fuentes recogen un ataque
de las tribus germánicas en el año 92 d.C., cuando cruzaron el Danubio y
lograron aniquilar a una legión entera. De hecho, esta catástrofe fue uno de
los motivos que impulsaron al princeps Trajano a
expandir masivamente la línea de fortificaciones a lo largo de la frontera
delimitada por el río.”



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